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1.Método de la respiración: Sigue
tu respiración.
La más básica y universal de todas las técnicas
de meditación es la de la respiración. La meditación con respiración es una
buena manera
con el que empezar tu práctica. Elige un punto sobre tu ombligo y enfócate en
ese punto con la mente. Siente cómo crece y se encoge tu abdomen al inhalar y
exhalar. No hagas un esfuerzo consciente para cambiar tu patrón de respiración,
simplemente respira normalmente
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Intenta
enfocarte únicamente en tu respiración. No pienses en tu respiración
ni la evalúes de alguna manera (como por ejemplo pensar que una respiración
ha sido más corta que otra). Simplemente intenta saberlo y estar
consciente de ella.
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Algunas
imágenes mentales que pueden ayudarte son: imaginar una moneda colocada en
el punto sobre tu ombligo subiendo y bajando con tu respiración, una boya
flotando en el océano subiendo y bajando al ritmo de tu respiración o una
flor de loto posada sobre tu vientre, abriendo sus pétalos cada vez que
tomas aire.
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No te
preocupes si tu mente comienza a divagar, eres todavía principiante y como
en todo, llegar a ser bueno para meditar requiere práctica. Solo haz un
esfuerzo para volver a concentrarte en tu respiración e intenta no pensar en
nada más. Elimina todo pensamiento y despeja tu mente.
2. Método
de objeto visual simple: Concéntrate en un objeto visual simple.
De modo similar al mantra, puedes utilizar un
objeto visual simple para llenar tu mente y poder alcanzar un nivel de
conciencia más profundo. Esta es una forma de meditación con los ojos abiertos
que mucha gente considera más sencilla cuando encuentran algo en qué enfocar la
mirada
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El objeto
visual puede ser el que desees, incluso a muchas personas les agrada mirar
la llama de una vela. Otros posibles objetos son los cristales, las flores y
las imágenes o estatuas de divinidades como Buddha.
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Coloca el
objeto a la altura de los ojos, de modo que no tengas que esforzar el cuello
y la cabeza para verlo. Mira solo el objeto hasta que tu visión periférica
comience a atenuarse y el objeto absorba tu visión.
Una vez que estés totalmente concentrado en el
objeto, sin otro estímulo que llegue a tu cerebro, deberás sentir una sensación
de profunda serenidad
3.Método
de visualización:
Practica la visualización.
Esta es otra conocida técnica de meditación,
que consiste en crear un lugar tranquilo en tu mente y explorarlo hasta llegar a
un estado de completa calma. Puede ser cualquier lugar que te agrade, pero no
tiene que ser totalmente real, puede ser único y personalizado
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El lugar que
visualices puede ser cálido, una playa de arena fina, una pradera llena de
flores, un bosque tranquilo o incluso una habitación cómoda con una
chimenea. Deja que el lugar que elijas sea tu santuario.
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Una vez que
hayas entrado a tu santuario, explóralo. No es necesario que "crees" tu
entorno, ya está ahí. Permite que se presente en tu mente.
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Da a tu
visualización sonidos y aromas de tu entorno, siente la refrescante brisa en
tu rostro o el calor de las llamas calentando tu cuerpo. Disfruta del
espacio todo el tiempo que desees, permitiendo que se expanda naturalmente y
que se torne más real. Cuando estés listo para concluir, respira
profundamente unas cuantas veces y abre los ojos.
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Recuerda que
puedes volver al mismo lugar la siguiente vez que medites con
visualizaciones o simplemente puedes crear un nuevo lugar. Cualquier espacio
que crees será único para ti y será un reflejo de tu personalidad
4. Método
de autoexploración:
Explora tu cuerpo.
Este procedimiento implica enfocarse en cada
parte del cuerpo individualmente y relajarla de forma consciente. Esta es una
técnica de meditación sencilla que te permite relajar la mente mientras relajas
el cuerpo, y además quizás encuentres alguna parte de tu cuerpo de la que no
tenias consciencia, como en la foto.
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Cierra los
ojos y elige un punto inicial en tu cuerpo, generalmente son los dedos de
los pies. Concéntrate en la sensación que percibas en los dedos de los pies,
haz un esfuerzo consciente por relajar cualquier músculo que esté contraído
y libera toda tensión o presión. Una vez que tus dedos estén completamente
relajados, ve a los pies y repite el proceso de relajación.
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Continúa con
el procedimiento por todo el cuerpo, yendo hacia arriba, desde los pies,
pasando por las pantorrillas, las rodillas, los muslos, los glúteos, las
caderas, el abdomen, el pecho, la espalda, los hombros, los brazos, las
manos, los dedos, el cuello, la cara, las orejas y la parte superior de la
cabeza. Tómate todo el tiempo que quieras.
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Una vez que
hayas completado la relajación de cada parte de tu cuerpo, concéntrate en tu
cuerpo como un todo y disfruta de la sensación de calma y relajación que has
logrado. Enfócate en tu respiración durante algunos minutos antes de
concluir tu meditación.
5. Método
del Mantra: Repite un mantra.
La meditación con repetición de un mantra es
otra forma común de meditación, que consiste en repetir un mantra (un sonido,
palabra o frase) una y otra vez hasta que cree un silencio en tu mente y te
permita entrar a un estado de meditación profunda. El mantra puede ser
cualquiera que tú elijas, siempre y cuando sea fácil de recordar.
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Algunos
mantras buenos para comenzar incluyen palabras como uno, paz, calma,
tranquilidad y silencio. Puedes utilizar la palabra "om", que significa "yo
soy" en sánscrito, o la frase "sat, chit, ananda", que significa
"existencia, conciencia, gozo".
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En
sánscrito, la palabra "mantra" significa "instrumento de la mente". El
mantra es un instrumento que crea vibraciones en la mente, las cuales te
permiten desconectarte de tus pensamientos y entrar en un estado profundo de
conciencia.
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Al
meditar repite una y otra vez el mantra en silencio y deja que la palabra o
frase susurre en tu mente. No te preocupes si tu mente divaga, simplemente
retoma la concentración y vuelve a repetir la palabra.
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A medida que
entres a un grado de conciencia más profundo, repetir el mantra podría dejar
de ser necesario.
6. Método de meditación
del chakra del corazón:
El chakra del corazón es uno de los siete
chakras, o centros de energía ubicados en el cuerpo. El chakra del corazón se
localiza en el centro del pecho y está relacionado con el amor, la compasión, la
paz y la aceptación. La meditación del chakra del corazón consiste en ponerte en
contacto tus sentimientos y enviarlos al mundo
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Para
comenzar, cierra los ojos y frota las palmas de las manos una contra otra
para conseguir calidez y energía. Luego, coloca tu mano derecha en el centro
de tu pecho, sobre tu chakra del corazón, y coloca la mano izquierda encima.
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Respira
profundamente y a medida que exhales, di la palabra "yum", que es la
vibración relacionada con el chakra del corazón. Mientras lo haces, imagina
que tu pecho irradia una energía verde brillante en la palma de tus manos.
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La energía
verde es el amor, la vida, y todas las emociones positivas que sientas en
ese momento. Cuando estés listo, aleja las manos de tu pecho y deja que la
energía se libere de las palmas de tus manos, enviando tu amor a tus seres
amados y al mundo.
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Siente tu
cuerpo desde dentro. ¿Puedes sentir el campo de energía en tu cuerpo,
especialmente en tus brazos y piernas? Si no lo sientes, no hay problema,
pero reflexiona: ¿cómo podemos mover las distintas partes del cuerpo? Es el
campo energético que fluye en nuestro interior. Centrar tu atención en ese
campo energético no solo te ayudará a anclarte en el presente, sino también
te ayudará a conectarte con tu ser y el río de vida dentro de ti.
7. Método de meditación
al caminar:
Este tipo de meditación es una forma de
meditación alternada que consiste en observar el movimiento de los pies e ir
tomando consciencia de la conexión entre tu cuerpo y la tierra. Si planeas
llevar a cabo sesiones largas de meditación sentado, te recomendamos hacer una
pausa con una meditación caminando
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Elige un
lugar tranquilo para practicar tu meditación al caminar, donde haya la menor
cantidad de distracciones posible. El espacio no tiene que ser muy amplio,
pero deberás poder caminar por lo menos siete pasos en línea recta antes de
tener que dar la vuelta. Si es posible, quítate los zapatos.
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Mantén la
cabeza erguida, la mirada hacia el frente y las manos juntas por delante (no
importa como las juntes). Da
un paso lento con el pie derecho. Olvídate de toda sensación en el pie e
intenta concentrarte en el movimiento. Después de dar el primer paso,
detente por un momento antes de dar el siguiente paso. Solo un pie deberá
estar en movimiento cada vez.
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Cuando
llegues al final del camino, detente completamente con los pies juntos.
Luego, gira sobre el pie derecho y da la vuelta. Continúa caminando en
dirección contraria, con los mismos movimientos pausados de antes.
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Mientras practiques la
meditación caminando, intenta concentrarte únicamente en el movimiento de
tus pies, del mismo modo que te concentraste en el movimiento de tu
respiración durante la meditación con respiraciones. Intenta despejar tu
mente y concentrarte en la conexión entre tus pies y la tierra.
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