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Karate

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LA ENSEÑANZA DEL KARATE DO

Jaime Santa María Bilbao

 

    En la enseñanza, en cualquier enseñanza, hay alumnos y hay maestros. De lo que se trata es de que el maestro transmita sus conocimientos al alumno, y con cuanta mas eficacia lo haga, mejor maestro será.

    Vamos a hablar ahora de los monitores y entrenadores, no de los senseis (maestros) que avalan la transmisión de sus conocimientos con la experiencia de los años, y los resultados obtenidos en la calidad de sus alumnos.

    Para enseñar, un monitor o entrenador debe de reunir dos condiciones:

    a) Conocer la materia que se desea impartir
    b) Tener la capacidad de transmitir estos conocimientos

    La primera parte, el conocimiento de la materia, viene dado por el nivel técnico y por el conocimiento deportivo. Por eso se requiere para ser Monitor o entrenador un determinado grado (Marrón o Negro), expresión del nivel técnico, y un título de Arbitraje, que avala un conocimiento deportivo. De ninguna manera se puede descuidar ninguna de las dos vertientes, ya que una deficiencia de nivel técnico o conocimiento deportivo, aunque se sea un buen transmisor, nos llevará a un momento en el que no tengamos mas conocimientos que aportar, o a cometer errores técnicos que hagan fracasar a nuestros alumnos. De la misma forma, a pesar de tener un alto nivel técnico, si no sabemos comunicar estos conocimientos o no sabemos dirigir y orientar a nuestros alumnos en sus inquietudes, estos fracasaran en alguna de las múltiples facetas que caracterizan el aprendizaje: se aburrirán, no se motivarán, tendrán lagunas, etc.

    A la ciencia que estudia la transmisión de los conocimientos se la denomina Didáctica o Metodología de la enseñanza.

    Antes de entrar en los diversos aspectos que configuran la Didáctica de las Artes Marciales, vamos a tratar de crear el entorno, un pequeño escenario donde se va a desarrollar esta enseñanza.

1. Artes Marciales y Deporte

     El Karate ¿es un Arte Marcial?, ¿es un Deporte?, ¿cuál es la diferencia?.

    Por su origen, sus connotaciones filosóficas, sus técnicas, etc., el Karate-Do es un Arte Marcial. Esto quiere decir que es un Arte de guerra, en cuanto esta compuesto de técnicas de defensa y ataque, pero arrastra un fuerte bagaje filosófico, más próximo a un Arte de Paz. Con la enorme expansión de este Arte Marcial, propiciado por Gichin Funakoshi y posteriormente por su alumno Mashatoshi Nakayama, a llegado a occidente, donde la mentalidad es diferente, y es muy difícil su arraigo en la forma tradicional.

    Por este motivo, en los diferentes países donde ha prendido esta llama, en la mayoría de los casos, si bien sin perder parte de su contenido filosófico, se ha decantado por la práctica deportiva.

    Pero ¿cómo se puede convertir en un Deporte, un Juego, una disciplina basada en Artes de Lucha?. Muy sencillo, estableciendo una Reglas de Juego, o Reglamentos Deportivos, eliminando las técnicas excesivamente peligrosas, adecuando las protecciones para salvaguardar la integridad física de los Deportistas, etc.

    De este modo, hemos conseguido un Deporte, apto para ser practicado por todos, niños y mayores, hombres y mujeres, basado en un Arte Marcial, del cual debemos conservar las raíces, si no queremos que este Deporte degenere, y al final no seamos capaces de reconocerlo.

Deporte y Espectáculo

    La práctica de cualquier Deporte está ligada siempre al número de personas integradas en el mismo. Si solamente existe el aspecto Deportivo, estaremos ante un Deporte minoritario, con las desventajas que ello conlleva. Siempre es deseable que el Deporte que nos gusta sea objeto de la atención del público, de los medios de comunicación, etc. Pero esto no es posible si no cuidamos un aspecto de Deporte muy importante: el Espectáculo. Este es el escaparate donde enseñamos a los demás algo que creemos que es bueno, donde tratamos de convencerles para que ellos también participen, y, por otra parte, es el crisol donde se forja muchas veces el perfil de un Campeón, que encuentra la motivación para superarse en el apoyo del público.

    Por todo esto, no debemos descuidar el aspecto deportivo del espectáculo, fomentando la participación, tanto de los deportistas como del público. Siempre que trabajemos para el Deporte o el Espectáculo, estaremos trabajando para nosotros mismos.
 
 

2. Didáctica (Metodología de la Enseñanza)

    El objetivo de una buena enseñanza debe de ser mejorar el rendimiento de la misma. Esto tiene diferentes aspectos, deportivo, económico, humano, etc.

Premisas

    Existen una serie de premisas para mejorar el rendimiento, algunas de las cuales vamos a reflejar a continuación:

    - La Planificación de la enseñanza. Es absolutamente necesario el establecimiento de objetivos, que pueden ser a corto, medio y largo plazo. Así, un objetivo a corto plazo puede ser el resultado de una serie determinada de entrenamientos, a medio plazo la consecución de un grado, y a largo plazo una prueba deportiva. Esto no son sino algunos ejemplos de objetivos, que serán planteados en función de la clase, del alumno, del gimnasio, etc.

    - La Enseñanza debe de ser progresiva, llevando a los alumnos de una manera gradual de técnicas sencillas a otras mas complicadas, sin saltos bruscos y sin dejar lagunas.

    - Debemos utilizar estímulos para hacer progresar a los alumnos, de manera que les sirvan para una continua superación de sí mismos, evitando su estancamiento y mejorando su rendimiento.

Condiciones de la Enseñanza

    Algunas de las condiciones que debe de reunir  una buena enseñanza son las siguientes:

    - Definir la finalidad del Gimnasio. Esta puede ser múltiple, y debe adecuarse a los diversos tipos de alumnos que acuden a el.

    - Crear el ambiente adecuado para la enseñanza. Este pude ser diferente según la zona, si es un gimnasio de barrio o de pueblo, de zona céntrica, etc. Así, podemos crear un ambiente diferente en cada entorno, pero el objetivo final es que el alumno se encuentre a gusto, que le sea grato ir al gimnasio, que encuentre en él algo más que una instalación deportiva. Una llave para conseguir este ambiente de amigos es la realización de otras actividades al margen de la práctica deportiva, como pueden ser salidas al campo los fines de semana, cenas o comidas, etc.

    - Evitar las lesiones. Es fundamental que los alumnos se sientan seguros, que no acudan al entrenamiento con la incertidumbre de si al día siguiente podrán ir a trabajar o se lo impedirá una lesión. Para evitar las lesiones es necesario un control constante de los alumnos, sobre todo de aquellos que puedan resultar peligrosos por su fuerza, falta de control, etc. Debemos trabajar sobre estos alumnos, tratar de que tomen conciencia de lo que están haciendo y de como deben de actuar con respecto a sus compañeros. También es necesario el uso adecuado de protecciones, como guantes, coquilla, etc. No debemos olvidar, y así se lo debemos transmitir a los alumnos, que las protecciones están destinadas a proteger al contrario, no nuestras manos, y que no usarlas puede ser una falta de respeto hacia los compañeros.

    - Duración del alumnado. La duración de los alumnos en el gimnasio es una condición importante para la enseñanza, pues difícilmente podremos progresar en esta si los alumnos no se quedan el tiempo suficiente. Pero además ésta duración es un parámetro que no debemos perder de vista para saber si estamos enseñando correctamente. Si nuestros alumnos se marchan del gimnasio, es una señal inequívoca de que en algún punto hemos fallado, algo que debemos investigar cuidadosamente para ponerle remedio cuanto antes. Una de las causas de este fallo puede ser no conocer los motivos que han llevado a los alumnos al gimnasio, no crear el ambiente idóneo, etc.

Tipos de enseñanza

    Vamos a exponer brevemente los tipos de enseñanza que podemos aplicar en el gimnasio, si bien la mayoría de las veces no utilizaremos uno puro, sino una mezcla de ellos:

    - Enseñanza Imitativa. Consiste en que el profesor ejecuta los movimientos o técnicas que quiere enseñar, y los alumnos los repiten. No se da ninguna explicación.

    - Enseñanza Analítica. El profesor explica una determinada técnica verbalmente y los alumnos la ejecutan.

    - Enseñanza Demostrativa. El profesor explica la técnica y a continuación hace una demostración, ejecutando la técnica.

    Evidentemente, parece que el tercer tipo es el mejor, pero hay determinados aspectos del  Karate que requieren el uso de los otros dos. Como ejemplo podemos poner la enseñanza imitativa en niños pequeños, etc.

La Clase

    La clase o sesión de entrenamiento es la unidad de tiempo que dedicamos a la enseñanza. La duración de esta unidad de tiempo puede oscilar entre una hora y hora y media, y su periodicidad será de dos o tres veces a la semana.

    Normalmente, podemos separar las clases por edades (clases de niños, clases de adultos), pero casi nunca podremos hacerlo por grados o niveles. De este modo, nos encontramos con una dificultad añadida, una clase multinivel. Lo que debemos hacer es adecuar el tipo de enseñanza a la media de nivel que tengamos en clase, sin desatender por ello a los extremos. En determinados apartados de la clase podemos incidir mas en los cinturones altos, en otros en los bajos, etc.

    Una clase o sesión de entrenamiento debe de estar dividida en diferentes partes, que pueden ser:

    - Calentamiento. Su función es adecuar el organismo para el ejercicio físico, tanto en su aspecto muscular como cardiovascular, de modo que evitemos lesiones, malestares y falta de rendimiento.

    - Fortalecimiento físico. Su función es, como su nombre indica, fortalecer el cuerpo. Esto tiene diversos aspectos (fuerza, resistencia, potencia, etc.), que podemos trabajar con objetivos a medio plazo. Hay que tener en cuenta que hay alumnos que encuentran en este aspecto un fin en sí, lo cual debemos respetar.

    - Ejercitación de técnicas elementales con repetición de movimientos. Es lo que se conoce por Kihon, y es uno de los pilares, con los Katas, de la enseñanza del Karate tradicional. Aquí podemos aplicar la diferencia de grados para evitar el aburrimiento de los mas avanzados y el estrés de los mas nuevos. Su finalidad es conseguir buena técnica, velocidad y potencia.

    - Trabajo con compañeros. Técnicas de Ippon Kumite, Sanbon Kumite y combate programado (Jyu Kumite). En esta fase se trabaja la aplicación de las técnicas anteriores con control de la distancia y de la potencia (Kimé). Se trabaja además la variedad de las técnicas.

    - Relajación y estiramientos. Trabajo de la flexibilidad y de la movilidad articular, así como el de relajación general, que nos sirve para acondicionar el organismo al cese de la actividad, deteniendo la sudoración excesiva, disminuyendo el ritmo cardiaco y respiratorio, etc.

    Esto es un ejemplo en el cual se pueden variar algunas partes, incrementando o disminuyendo su duración, haciendo hincapié en aquellas que necesitemos más en función de los objetivos trazados para esa determinada sesión de entrenamiento.

3. Conclusiones

    Un buen entrenador es aquel que consigue unos buenos resultados en cuanto al rendimiento de los alumnos. Hay que tener en cuenta que al hablar de rendimiento, no nos referimos solamente a logros deportivos, sino a satisfacción personal, crecimiento humano, salud, calidad de vida, persistencia, etc.

    Para llegar a esto hay que entender que los dos pilares de la enseñanza son el nivel técnico y la metodología de la enseñanza, y que uno sin el otro son la mejor garantía para el fracaso.

    Si bien en las Artes Marciales nos encontramos con dificultades añadidas como las clases multinivel, etc. , disponemos de herramientas, como son los cinturones, que nos pueden servir como estímulos, como medida del avance de los alumnos y como control del nivel de la clase.

    Por último, un breve vistazo al entorno en el que nos movemos en el aspecto legal y deportivo.

    Todos los títulos y cinturones son credenciales de régimen interno, tan válidos en nuestra organización y para nuestra organización como en cualquier otra federación deportiva. Esto es algo que debemos transmitir al alumnado, para evitar su inquietud y los malos entendidos. Hay países donde se han establecido titulaciones oficiales, otorgadas por el estado, y otros en los que los títulos de todo tipo (cinturones, títulos de arbitraje, monitores, etc.), son otorgados por las federaciones o por otras organizaciones. Todos estos títulos y cinturones son credenciales de régimen interno, tanto en unas como en otras.

    La Licencia deportiva de nuestra organización nos provee de un seguro deportivo y nos integra en la misma, de manera que nos ofrece una serie de oportunidades tanto deportivas como de otro tipo (cursos, títulos, etc.). A cambio, debemos aportar nuestro grano de arena a la Organización, en la medida de nuestra situación: fomentar la participación en los diversos estamentos (deportivo, arbitral, etc.), hacer un uso racional del seguro, mejorar la faceta del espectáculo, etc.

    Y, para acabar, que la cualidad de un buen maestro es caminar, como por el filo de una navaja, por ese difícil equilibrio que existe entre la autoridad y la confianza con los alumnos. Una vez que se logra esto, sin olvidar todo lo anterior, estaremos, sin duda, en el buen camino.


© Jaime Santa María Bilbao